Nuestra ofensiva inicial fue frustrada por el enemigo. Sus disparos eran certeros mientras que los nuestros, desconocedores del terreno que pisábamos, no conseguían llegar a su objetivo. En 4 ocasiones consiguieron traspasar nuestras defensas y solo 2 veces logramos una mediocre victoria. Entonces lo vimos claro. Nos faltaba algo. Necesitabamos la restablecedora esencia que solo se consigue con los cadáveres de un millar de piruletas.
Una vez consagrados nuestros cuerpos, todo fue perfecto. No dábamos tregua. Y nunca a nuestros enemigos. Nuestras andanadas de artilleria barrieron el campo de batalla como solo puede hacerlo una "Vaporeto" (Úsese esta palabra con manos en posición Italiana).
Se acercaba el combate final. No había tiempo para regocijarnos en nuestra ventaja. Tampoco lo había para la piedad. Y cuando teníamos la victoria al alcance de nuestras manos.... Va el $%@# y hace diana. La gente no tiene consideración con los sueños de un futuro señor del mal. Pero bueno, allá ellos. Por mi parte ya estoy planificando su propia sala del suplicio eterno. Espero que el papel estampado rosa quede a juego con las manchas de sangre...
P.D: Querida Lady Brujer, te sorprenderia lo que una partida de dardos a dos metros del objetivo influye en mis planes...muahahahahahacofcofcofcof
viernes, 19 de octubre de 2007
Empate fuera de casa = Mas cerca de la dominación mundial
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